Rebanada del torso a la garganta; la vista espectacular,
todas hallarán ruta al vientre otra vez.
Una por una y girando,
la boca que se acerca a lamer una yugular herida
es más amorosa, más amable,
enséñales a sorber la sopa y comer de tu carne,
a descubrirse los cuellos con trenzas y atados las unas a las otras, predica
sacrificio alabanza y gloria.
Te cantarán al oído en sueños,
¿nos amas, nos amas?
La caricia de la bestia que puso luz sobre sus frentes.
Sí, las amo
yo soy el alimento.